Apoyado por estudios científicos sobre 3 modelos marinos representativos de la biodiversidad marina. Es nuestra fuente de vida y sustento de la humanidad y de todos los demás organismos de la Tierra. Prueba de ello es que el océano produce al menos el 50% del oxígeno del planeta, alberga la mayor parte de la biodiversidad existente y es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo. Además, resulta clave para nuestra economía, ya que se estima que, para 2030, habrá en torno a 40 millones de trabajadores en todo el sector relacionado con el océano.

¿Cómo apoyar la conservación de los mares?

Chile debe trabajar estrechamente con otros países de la región para coordinar esfuerzos en la creación de corredores y áreas marinas protegidas y en la implementación de políticas de gestión sostenible de los recursos. Así lo manifiesta la doctora en Ecología Experimental Carolina J. Zagal, una de sus fundadoras y quien es Presidenta de Oceanósfera “A pesar de la importancia del océano, existe un alto nivel de desconocimiento acerca de las especies marinas, su valor y los problemas que enfrentan. A través de nuestras actividades y recursos de educación ambiental marina, acercamos el océano a las personas para fomentar la adquisición de conocimientos, inspirar cambios de comportamiento responsables, tomas de decisiones informadas y promover acciones ambientales que contribuyan hacia su cuidado y sustentabilidad”.

Compromiso 11: Asociación con Pur Projet

En Margistics trabajamos cada día con la certeza de que el comercio internacional y la protección del océano no pueden estar desligados. Transportar bienes de forma eficiente también significa comprometerse con un futuro sostenible, donde el desarrollo logístico vaya de la mano del cuidado medioambiental. Las instituciones educativas no solo tienen la misión de formar profesionales, sino también ciudadanos conscientes, informados y comprometidos con el entorno que los rodea. A través de programas académicos en biología marina, ciencias de la vida e ingenierías, las universidades están formando agentes de cambio que pueden liderar iniciativas de conservación marina desde distintos frentes.

  • Transportar bienes de forma eficiente también significa comprometerse con un futuro sostenible, donde el desarrollo logístico vaya de la mano del cuidado medioambiental.
  • Este es un instrumento internacional jurídicamente vinculante que busca proteger la biodiversidad marina en áreas situadas fuera de las jurisdicciones nacionales, es decir, más allá de las 200 millas náuticas.
  • A pesar de la importancia que el Ministerio para el Cambio Climático neozelandés le entrega al cuidado del mar, la protección del ecosistema marino ha sido históricamente uno de los ejes principales del Ministerio del Ambiente.
  • Lo que sucede en una costa repercute en otra, y lo que hoy parece un problema distante se traduce mañana en crisis alimentarias, encarecimiento del transporte y pérdida de recursos vitales.
  • Así que estamos muy contentos de estar aquí, disponibles para que esta actividad siga proyectándose en el tiempo, porque el empeño por cuidar la vida del planeta no puede cejar y los océanos cumplen un rol muy importante en eso”.

Tenemos la convicción de que nuestro país superación personal puede asumir este desafío y, con ello, abrir nuevas oportunidades para Chile”. El senador Ricardo Lagos precisó que “esta es una actividad que hacemos junto a la comunidad ya por cuarto año consecutivo. Tiene el objetivo de generar una visión, una mirada, sobre la importancia del océano a nivel global y la importancia que tiene para nosotros, los chilenos.

cosas que puedes hacer para conservar los mares

Es un esfuerzo conjunto que desarrollamos con la Universidad de Valparaíso y con la academia en general, organizaciones de la sociedad civil y entidades internacionales que están preocupadas por la salud del océano, que, en definitiva, es también la salud de todos nosotros”. El país está intentando ser protagonista de esto y me parece que se ha involucrado bastante”. Pese a su reducido tamaño, el país oceánico concentra el 10 por ciento de todas las especies marinas del planeta. Debido a esta diversidad que desde el año 1998 cuenta con una activa política de protección ambiental, impulsada por distintas agencias públicas relacionadas con el mar, hoy lideradas por un Ministerio para el Cambio Climático. Además, la UNAB ha impulsado iniciativas concretas para reducir su impacto ambiental, incluyendo investigación aplicada y colaboración con comunidades costeras. Un ejemplo destacado de este compromiso es el trabajo desarrollado por el Centro de Investigación Marina Quintay (CIMARQ), que promueve activamente la investigación, la educación ambiental y el vínculo con el entorno.

En 2015, los líderes mundiales adoptaron la Agenda para el Desarrollo Sustentable 2030, que incluye 17 objetivos globales. El Objetivo de Desarrollo Sustentable 14 “Vida bajo el agua” y sus 10 objetivos especifican lo que debe hacerse para mejorar la salud del océano. También tenemos el Acuerdo de París, en el cual las naciones se comprometen a reducir sus emisiones de carbono y mantener el aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2ºC.

Aprendiendo a cuidar los Océanos

En particular, el académico destacó el tratado BBNJ, “que lo que hace es proteger la biodiversidad fuera de las 200 millas, un convenio que firmaron todas las naciones y que ahora se está ratificando”. De esta manera, todos los organismos públicos que se relacionan con el mar, cuentan con una misión de protección ambiental coordinada por el Ministerio para el Cambio Climático. ”Hay una gran alineación entre los propósitos contenidos en los ODS y lo que el gobierno de Nueva Zelandia ha venido trabajando en las últimas décadas. De tal manera, para el logro de los ODS el gobierno neozelandés cuenta con el trabajo de diversas agencias públicas para que el Estado funcione de acuerdo con esta política ambiental de carácter global y encuentre soluciones a los problemas que genera el calentamiento global. En este sentido, uno de los principales esfuerzos fue la creación de un Ministerio para el Cambio Climático que permita una mayor eficiencia en el trabajo medioambiental y evite la duplicación de procesos. El Convenio MARPOL corresponde a  un conjunto de normas internacionales del cual Chile es parte, contiene normativas para regular el arrojo de determinados elementos considerados basuras que normalmente son generados a bordo en un viaje de pesca, de esta manera se pretende  fomentar con este trabajo el cuidado de nuestros Océanos.

Cada 8 de junio, el mundo conmemora el Día Mundial de los Océanos, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de estos vastos cuerpos de agua que cubren más del 70% de nuestro planeta. Los océanos no solo regulan el clima, producen al menos la mitad del oxígeno que respiramos y albergan biodiversidad, sino que también son fundamentales para la economía, el bienestar humano y la vida misma. La introducción de especies piscícolas para satisfacer el mercado internacional significó un gran desarrollo para las comunidades de los esteros y lagos. Nuestros padres y abuelos recuerdan el océano como una fuente abundante de recursos pesqueros, un sustento económico estable para las comunidades costeras, mientras tanto los grandes buques arrasaban el lecho marino para la industria pesquera. Para el Dr. Renato Quiñones Bergeret, director del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola, Incar, lo que se está jugando es “la oportunidad de que la humanidad global y local tome conciencia plena de la relevancia del océano en la mantención del planeta como lo conocemos. Una manera de reducir este impacto negativo es usando menos productos cuyos envases sean de plástico.

En este Día Mundial de los Océanos, recordemos que la salud de nuestros océanos es la salud del planeta y, por ende, la nuestra. El acuerdo BBNJ nos brinda una herramienta poderosa para proteger la vida en los vastos y vitales ecosistemas de alta mar, y su implementación efectiva en Chile y en todo el mundo es una responsabilidad colectiva de todos quienes viven en este hermoso país. Asimismo, el oceanógrafo agregó que trabajar en la descontaminación es fundamental.

Pero también tenemos que comunicar a la sociedad nuestros descubrimientos, para que conozcan el océano y sepan la interrelación que existe entre el océano y nosotros como sociedad”. En los últimos años han nacido, en todo el mundo, organizaciones que trabajan para proteger los océanos. Nuestro país ya ha demostrado su liderazgo en la protección de sus aguas jurisdiccionales, al tener más del 45% de su maritorio con algún nivel de protección. Sin embargo, la implementación del acuerdo BBNJ requiere extender este compromiso más allá de nuestras fronteras marítimas, razón por la cual el Gobierno del Presidente Gabriel Boric ha postulado a Valparaíso para ser sede de su Secretaría.

También es necesaria una institucionalidad científica, ya que aquí hay muy buenos investigadores que trabajan con los ecosistemas marinos, por lo que tenemos que creer en su trabajo y sus resultados. Tenemos que apoyarlos a la hora de tomar una decisión en cuanto a la protección de nuestro océano. Mientras no creamos en lo que los científicos hacen y que podemos ser promotores de cambios importantes que como sociedad podemos construir, vamos a seguir marcando el paso en esta materia. Si hay un golpe de timón e incrementamos nuestro presupuesto para la ciencia, vamos a vivir en una ciudad mucho más rica, más educada y más desarrollada y mucho más en armonía con su entorno”, destacó. Para Chile, un país con más de 6.400 kilómetros de costa y una economía fuertemente vinculada al mar, la implementación del acuerdo BBNJ representa tanto un desafío como una oportunidad. En un contexto donde el cambio climático, la sobrepesca y la contaminación amenazan gravemente los ecosistemas marinos, Chile debe asumir un rol proactivo en la conservación y uso sostenible del océano, sobre todo porque es uno de los países más vulnerables al cambio climático.